El nuevo Autódromo Hermanos Rodríguez ha sido todo un
descubrimiento para pilotos y aficionados, una vez que han dado comienzo las
actividades sobre la pista, pues ya dejó ver el potencial que tiene para
convertirse en el nuevo templo de la velocidad.
El “Chamaco de Oro”, Ricardo Rodríguez, uno de los
personajes cuyo apellido nombran al circuito, sufrió un accidente fatal en este
escenario hace 53 años durante las prácticas del Gran Premio de 1962, tras
colisionar en la zona de la “peraltada” y Ayrton Senna se accidentó en esa
monstruosa curva en los años 90, cuando se volteó un par de veces, con lo que
vino el ocaso de trazado, para entonces bastante descuidado.
La carrera actual supone una nueva exigencia, acorde a
las características de lo que hoy es la Fórmula 1, una velocidad que puede
llegar a superar los 370 kilómetros por hora en la recta de 1.3 kilómetros de
longitud, que por la altura y poca refrigeración impone un reto en temas de
exigencia al coche.
Es un circuito que castigará mucho los frenos, ya se vio
el viernes con Nico Rosberg, quien tuvo incluso algunas llamas en sus llantas
traseras, a pesar de que todavía no van a fondo, pero con lo mostrado hasta
ahora fue suficiente para romper en la primera oportunidad el récord de
velocidad esta temporada de 355 kilómetros por hora.
De esta manera, la pista pone sus cartas sobre la mesa
para indicar que está lista para considerarse el circuito más veloz del
calendario e instalarse en la memoria colectiva como nuevo templo de la
velocidad, título que ahora ostenta Monza, un clásico del campeonato, pero
ahora hay un fuerte creador de adrenalina en la Ciudad de México.
En la parrilla, a pesar de que el campeonato quedó
resuelto a favor de Lewis Hamilton, la carrera no pasa desapercibida por las
condiciones que se presentan, posible lluvia y asfalto brilloso por lo nuevo
que es, le den un plus al circuito para un mayor espectáculo este domingo, en
la décimo séptima cita del año.
Hasta ahora los Mercedes y Red Bull son los que mejor se
han visto cuando se trata de ir a fondo en el trazado, pero un ligero descuido
y la pista no perdona, varias salidas ya mostraron que el límite es una línea
muy frágil que no se estira en este circuito.
Así, el Gran Premio de México promete mucha acción en su
regreso a la máxima categoría para su reestreno, luego de más de dos décadas de
ausencia en el calendario.
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